carisma
“En el Corazón de «Aquél a quien traspasaron», contemplamos la manifestación de la Misericordia, que nos lleva a mirar el mundo con esperanza. Cristo nos ha liberado del pecado y reconciliado con Dios; nosotras, sintiéndonos miembros de la humanidad pecadora y partícipes de la gratuidad de la redención, queremos colaborar con Él, por Él y en Él, a la reconciliación de los hombres entre sí y con Dios, y a que la creación, puesta al servicio del hombre, sea un reflejo de la gloria divina.” (Constituciones, 2)