19 Jun CORAZÓN TRASPASADO DE JESÚS: Fuente de Nuestra Vida. Roma
El Sagrado Corazón significa sentirnos en casa con nuestro carisma lleno de vida, ser entusiastas y tener la mente abierta para ser uno en Su Corazón. En una ocasión, Santa Rafaela afirma que el Instituto está “sostenido” en los ojos del Divino Corazón, que lo reconoce como Su obra. A partir de ahí, nos exhorta a rezar siempre “de todo corazón para que esta obra suya le sea cada día más agradable, y por todos y cada uno de sus miembros, que son también nuestros miembros, pues todos somos suyos, en el amor de su Sagrado Corazón. Bendito sea Dios”. (Carta de Santa Rafaela María, 295)”.
“EN EL CORAZÓN DE AQUEL TRASPASADO CONTEMPLAMOS LA MISERICORDIA” (CG XX). Hoy en día, millones de personas se sienten atraídas por el Sagrado Corazón de Jesús, donde pueden contemplarlo por devoción, fe y experimentar la misericordia que proporciona. En presencia de Santa Rafaela María y de la Madre Pilar, nos dejamos transformar por Su Corazón llenas de alegría y gratitud, y como resultado, el Instituto se estableció y aún se nutre.
En XX Settembre, en nuestra Iglesia, hay una oportunidad extraordinaria para que todos nos sintamos en casa en el Corazón de Jesús, pues Él nos acoge para que entremos y seamos amadas y abrazados por Él, pues desea que permanezcamos cerca de Su Corazón.
En la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, nosotras, teceronas, nos sentimos unidas al Instituto, a semejanza de la Iglesia universal, por la presencia de nuestras hermanas, la Hna. General Rosario y las asistentes, la comunidad de la Curia General, la comunidad enfermería, todas las ecónomas provinciales, la comunidad de Torricella y Castel Verde, y una porción del pueblo de Dios. Por la tarde, celebramos la misa a las 18:00, en la que se cantaron melodiosos himnos en varios idiomas, incluido uno de la tradición india, el “Aarti”. Tras la misa, la fiesta continuó mientras compartíamos la alegría de encontrarnos y saludarnos en nuestro Jardín de San José.
El Señor Jesús me ha permitido experimentar Su Corazón Universal, que está abierto de par en par para amar y abrazar a todas las personas. Esto es algo que encuentro a diario, como por ejemplo por la mañana cuando voy a abrir las puertas de la iglesia. En ese momento, siento que abro la puerta del Corazón de Jesús a quienes Él atrae para que se encuentren con Él en la mesa eucarística diaria y en la adoración del Santísimo Sacramento. Antes de entrar en la Iglesia, hablo con personas en varios idiomas, como inglés, español e italiano, que vienen a encontrarse con el Señor. Esta experiencia me hace sentir en casa en el Corazón de Jesús, donde abundan el amor y la misericordia, un amor universal para todos.
Mi experiencia personal me ha llevado a tener un conocimiento más profundo y una fe más fuerte en el Señor Jesús. A través de esto, he llegado a reconocer y saborear el amor y la naturaleza de entrega de Jesús. Esto me ha acercado más a Él, suscitando en mí un movimiento para seguir radicalmente Su corazón. El Corazón de Jesús ha transformado y renovado mi vida, y algunas imágenes del Sagrado Corazón de Jesús se han convertido en parte vital de mi vida. Por lo tanto, vengo y me aferro a Su Corazón porque Él me acepta y me ama tal como soy y me enseña a través de mis actividades diarias a ser cariñoso, generoso, amable, atento y humilde. Como Él dijo en (Mateo 11:28-29), “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas.”
En mi misión apostólica, he experimentado especialmente el Corazón de Jesús a través de los niños con necesidades especiales con los que trabajo. Doy gracias a Dios por el Corazón de Jesús, ya que Su Corazón me encuentra durante mi misión, un corazón tan amplio y abierto. Estos niños han tocado mi corazón, y yo he crecido como resultado. Sus corazones son tiernos, cariñosos, conmovedores e inspiradores. Cuando estoy con ellos, mi corazón se une a un corazón abierto, recibiendo y compartiendo el Corazón de Jesús entre ellos, e identifico su corazón en ellos. A veces, su corazón me enseña a ser amable, paciente y cariñoso. Su Corazón y el mío se hacen uno con Él. Es imposible no tener un corazón abierto y generoso cuando se está en presencia del Corazón de Jesús, es imposible no identificar la calidad de Su Corazón a través de estos niños. El Corazón de Jesús ha reparado y sanado mi corazón vulnerable y herido, dándome un lugar especial en Su Corazón.
En la vida cotidiana, encuentro el Corazón de Jesús a través de mis encuentros con los pobres y los que sufren. Jesús sale a mi encuentro en el momento presente a través de diversos rostros, especialmente durante mi trabajo en Cáritas. En cada persona que encuentro, veo el tierno Corazón de Jesús y la miro con amor, escuchando su corazón con compasión y comprensión. Él desea comunicarse y conectarse conmigo con mucho cuidado por las personas a las que sirvo. El Corazón de Jesús está abierto a cualquiera en la vida cotidiana, ya sea a través de conversaciones con la gente, los melodiosos sonidos de los pájaros o la suave brisa que me lleva a experimentar Su amoroso Corazón.
Jesús nos permite encontrarnos con Él durante la adoración, donde su Corazón traspasado está abierto y rebosa amor y misericordia. Mientras profundizamos en nuestra relación de amor con el Señor, pongamos Su Corazón en el centro de nuestras acciones, buscando la reparación de Su pueblo para que el mundo pueda experimentar Su sanación y misericordia. El Sagrado Corazón de Jesús sigue invitándonos a volvernos a Su Corazón, que es la raíz más profunda y el fundamento de la vida, y a centrarnos en el núcleo de Su Corazón.
Sabiendo que podemos plantar nuestras raíces en Él y beber Su vida de Su Corazón, también sabemos que estamos “sostenidas por Él”. Su Corazón está siempre abierto: un espacio de transformación que nos renueva y nos lanza al mundo para replicar Su entrega, de modo que también nosotras nos convirtamos en corazones para el mundo. Así cantábamos el día de la Fiesta…
“Mirando al Corazón
Buscando su voluntad
En su mano está el universo
en nuestra vida quiere actuar
nuestro mundo quiere sanar”
Sunita Toppo aci