Sueños de mujeres

Sueños de mujeres

Hace varios años desde nuestro proyecto educativo en el barrio Régulo, en la periferia de Montevideo, formamos un grupo de mujeres. En su mayoría son madres de los niños/as que participan de los espacios que ofrecemos y a través de ellos comenzamos a vincularnos, conocernos y dar juntas unos primeros pasos en el intento de acompañarnos y crecer en comunidad.

Desde el principio ha sido un espacio donde disfrutábamos encontrarnos y donde resonaba con fuerza: “Qué bueno que tengamos este grupo para dedicarnos un rato a nosotras! ”.


Este año, tal vez como signo de nuestra madurez como grupo, tuvimos la posibilidad de aplicar en Fortalecidas Juntas, un Programa de la Intendencia de Montevideo que apoya a grupos de mujeres en contextos vulnerables como el nuestro.
Eso nos permitió participar en un camino de planificación representadas por dos mujeres del grupo, acceder a instancias de formación y pensar un proyecto que elaboramos de manera conjunta.
Comenzamos un proceso muy bonito involucradas en imaginar juntas lo que queríamos hacer. Lo primero que hicimos fue elegir un nombre que nos diera identidad. Hasta ese momento nos llamábamos a nosotras mismas “Grupo de madres”. Pero en una salida recreativa nació casi espontáneamente el nombre con el que nos llamaríamos en adelante: “Sueños de mujeres” . Desde aquel momento empezamos a descubrir que ese nombre nos representa.

Nos presentamos a la convocatoria de la Intendencia a fines del año pasado… Y, para nuestra sorpresa, ¡ganamos el premio! Logramos así la oportunidad de recibir financiamiento para llevar adelante aquello que nos habíamos propuesto. A principios de este año, echamos a andar el camino de esos sueños nuevos.
Nuestro proyecto consistía en narrar nuestras historias como mujeres, conectar con lo que cada una traía dentro y resignificarlo… abrazarlo, nombrar y compartir los dolores y celebrar también las victorias. Queríamos ofrecernos un nuevo modo de “narrarnos” a nosotras mismas como las mujeres que somos.

Para eso sentíamos que necesitábamos dedicar espacio y tiempo para encontrarnos con nosotras mismas y entre nosotras como grupo. Esto hizo posible reconocernos, porque aunque la mayoría de ellas se conocen entre sí desde hace años, hay mucho que cuesta hablar, contar, compartir… Tuvimos dos jornadas de reflexión en una casa en la playa y hasta talleres de yoga, maquillaje, uñas! Propuestas que resultaron fruto de los sueños de todas, para dar la oportunidad de que además de madres pudieran reconocerse mujeres, vecinas, amigas, compañeras.

A modo de celebración final y después de un largo camino recorrido, elegimos compartir con la comunidad del barrio. El evento cierre del proceso fue un festival donde presentamos un audiovisual (al que les invitamos a acceder aquí). En él podrán conocer a cada una de estas mujeres presentando y haciendo memoria del camino andado, personalmente y como grupo. Se encontrarán también con la ilusión y el deseo que late en las vidas de cada una de ellas. Creemos que pueden inspirar a otras mujeres a salir y encontrarse en el sentido más hondo de la palabra. “Juntas hacemos historia”, fue el título con el que presentamos nuestro proyecto a inicios del año y esa es hoy la certeza que compartimos.