28 Jun ¿DE QUE VAN CONVERSANDO POR EL CAMINO?/Argentina
LC 24, 17
Hace poco tuvimos en el Colegio un torneo-encuentro deportivo para los alumnos/as de secundaria… juntábamos fondos para construir viviendas con la ONG TECHO. Organizaban y colaboraban en el evento chicos y chicas de los últimos años, y participaron muchísimas familias; fue realmente una fiesta.
Una de las alumnas vino con su novia para dar una mano. Entre mis idas y vueltas de ese día, entré en un depósito de materiales buscando una escalera y ahí me la encontré a ella: escondida, sola y con frío (realmente era un día muy helado, el pronóstico marcó 2º de mínima). La familia había venido de sorpresa, y como no toman muy bien la relación ni quieren verlas juntas, habían decidido que lo mejor era que una estuviera bien guardada hasta que se fueran. Un armario medio improvisado.
De algún modo, este episodio pequeño y concreto me conecta con un sueño muy profundo… el sueño de un mundo, una sociedad, una Iglesia, donde nadie tenga que esconderse por ser quien es; tampoco en nuestro Colegio -pequeña porción de mundo y de Iglesia-. Y me traslada también a esos espacios donde ensayamos ese otro mundo posible. Un sueño que se construye juntos/as: caminando-con, del lado-de otros y otras, especialmente desde el lugar de aquellos/as que -de algún modo u otro- hemos dejado al margen, hemos naturalizado que existieran escondidos/as o que no tuvieran voz en nuestras conversaciones.
Desde hace un tiempo, algunas Esclavas en Argentina compartimos espacios de oración, reflexión y acompañamiento con “El Centurión”. Es una comunidad que nació para ser puente entre la Iglesia y la comunidad LGTBQ+; para acoger, acompañar, rezar… para abrir espacios, sensibilizar, derribar muros y prejuicios.
Buenas! Mi nombre es Fausto de la Sierra, tengo 25 años y soy exalumno del Colegio. Desde invierno 2019 que empecé un proceso consciente sobre mi sexualidad y El Centurión fue un espacio fundamental para atravesarlo de una manera sana, acompañada y conectando con mi espiritualidad… una comunidad donde pude encontrar personas en la misma que yo para entender que fuera de la hetersexualidad hay un espacio para cada persona en la iglesia y en el corazón de Dios. […]
Doy gracias a Dios por la posibilidad de experimentar y atravesar este proceso acompañado y potenciado y le pido esa gracia a Jesús para cada persona ya que hoy, siendo 2022, sigue siendo tema de conversación, debate, y hasta un delito en muchos lugares del mundo.
Esclavas sigue la línea de Centu de apertura y acompañamiento y siento que eso me hizo crecer muchísimo y me dio lugares donde expresarme y ayudarme a sentirme en paz conmigo mismo y con mi espiritualidad.
Me parece importantísimo fomentar estos lugares seguros donde poder sentirnos auténticamente amados por Dios.
Lugares seguros. Iglesia de esperanza profética, osada, resistente, martirial… (Documento CG XXI) que recupere que nuestro Dios es amor libre, amor inclusivo, amor desbordante.
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Yo conocí al “Centu” (como le dicen con cariño) más de cerca este mes, cuando me invitaron a compartir un rato de reflexión sobre el Evangelio de Emaús. Me gustó mucho rezar con ellos/as que el Espíritu nos impulsa a volver a la comunidad, sin que se pierda nadie ni nada de lo que cada uno/a es y puede aportar; rezar juntos/as que Jesús nos complica y nos implica en este ir a buscar a los hermanos y hermanas hasta los márgenes geográficos y existenciales. Nos alegró recordar que la Iglesia es Iglesia por su diversidad, esta nota característica que la enriquece, la llena de colores, la hace más bella. Nos volvimos a contagiar de esa valentía necesaria para salir de los escondites del miedo y abrir las puertas… esas puertas que soñamos siempre un poco más abiertas.
Uno de los jóvenes del taller dijo ese día: “me siento invitado a asumir estos compromisos conversacionales”. Conversaciones de Iglesia sinodal, conversaciones en el camino. Donde se escuchan todas las voces, todas las experiencias de Dios, todos los registros del Amor.
Conversaciones osadas. Que también la CG XXI nos invita a hacer nuestras, como Esclavas (Decreto 2). Tampoco nosotras queremos perdernos los regalos inmensos que la comunidad LGTBQ+ y sus familias traen consigo[1], ni desoír lo que el Espíritu está diciendo a las Iglesias (Cfr. Ap. 2, 29).
Alejandra Lemonnier, aci
[1]From the Margins to de Center, New Ways Ministry report on spiritual conversations held for LGBTQ people & allies as part of the Synod on Synodality, p.6: https://www.newwaysministry.org/wp-content/uploads/2022/06/Synodal-Report_FINAL.pdf