ECONOMÍA + MISIÓN= ESPERANZA. VIETNAM

ECONOMÍA + MISIÓN= ESPERANZA. VIETNAM

Si a ti que lees te preguntara ¿crees que la economía puede ser una misión en la congregación? ¿Qué contestarías? No excluiría un rotundo “NO”. Efectivamente, suele pasar que cuando le preguntan a una hermana qué misión tiene en el Instituto y contesta diciendo que se ocupa de la economía, la respuesta del interlocutor puede ser también “pobre, ánimo que esto pasa”…

Y sin embargo, con las Hermanas de Asia hemos tenido un encuentro cuyo tema era “Economía+Misión=esperanza”. Hemos visto que cuando la economía es misión se convierte en esperanza, porque es el viento que empuja las velas del barco. Si a una persona que practica surf le preguntamos si para hacer este deporte el viento en el mar es bueno o malo me imagino que su respuesta sea más bien positiva. Lo mismo ocurre con la economía: cuando “sirve” para empujar las velas de la misión permite llegar lejos y llevar esperanza de poder ir un poco más lejos, en dinámica de MAGIS….

Del 1 al 6 noviembre nos hemos encontrado en Vietnam, cerca de un santuario de la Virgen muy famoso en el país, Hermanas provenientes de Timor Oriental, Filipinas, India, Japón y por supuesto de Vietnam, para profundizar y compartir la misión de la economía en nuestro Instituto. Hemos visto cómo tiene una relación muy honda con la misión de todo el Instituto, ya que la misión no puede prescindir de la economía, como un surfista no puede prescindir del viento, y sin embargo, es fundamental ponerla siempre en el lugar que le corresponde, en su sitio de subordinación a la misión del Instituto, en su lugar de servicio, porque si no está al servicio se erige en dueña.

Durante estos días hemos podido apreciar la sabiduría de la Iglesia y de la Congregación respecto a la gestión de los bienes, siempre orientada a la expansión del Reino para “hacer que todos Le conozcan y Le amen”. Hemos entrado en el núcleo de esta misión que tiene su sentido más hondo en hacer felices a los demás dentro y fuera del instituto, permitiendo a las hermanas dedicarse completamente a su misión específica – educadora, sanitaria…–, compartiendo con los demás, promoviendo la justicia y sosteniendo las obras apostólicas que ya están en marcha y ayudando a las nuevas…

La belleza del encuentro ha continuado también unos días más ya que, las treinta hermanas que habíamos estado reunidas, hemos visitado las comunidades de Vietnam. Ha sido la oportunidad de gozar y vibrar con la escuela que hemos visitado, con el apostolado que las Comunidades llevan adelante, por tantas hermanas jóvenes y entregadas a la misión. Mirar a la naturaleza, la fruta, la belleza de la ciudad de Ho Chi Minh y la cultura, las eucaristías llenas a cualquier hora (también a las 5 h de la mañana) han sido una experiencia única.

Agradezco de corazón la posibilidad de haber podido participar en este encuentro de las Hermanas ecónomas locales de Asia. Y me alegro una vez más por sentir que el Señor nos quiere como la sal que da sabor a la comida y se pierde en ella: si está en la justa cantidad exalta el manjar y nadie se acuerda de este ingrediente, pero cuando falta… ¡cómo se nota! ¿verdad?

Elina Gracceffa, aci