19 Ago “Bendito” COVID / España
CAMPO de TRABAJO URBANO #sjv2020-Cádiz
EL COVID 19 nos ha sacado del “letargo” y nos ha llevado a los barrios periféricos de muchas ciudades para conocer de cerca la vulnerabilidad.
En el mes de julio, Lola Vegas, aci me invitó a participar en el proyecto #servirjuntosverano2020, del 20 al 31, acompañando a cuatro alumnas de 1º de Bachillerato de nuestro Colegio (Miriam, Lourdes, Alejandra y Blanca), tratando de responder a las necesidades sociales que se habían acrecentado en este tiempo de estado de alarma.
Nuestra colaboración ha sido con la Asociación AMIGAS al SUR en el Cerro del Moro, uno de los barrios con mayor vulnerabilidad de Cádiz, fue creada hace 15 años por Pepa Fernández, como popularmente se la conoce, con domicilio en el barrio de la Viña, cuna del Carnaval, una de las fiestas que más celebran los gaditanos.
La Asociación cuenta en la actualidad con un grupo de personas que altruistamente trabajan para mejorar la calidad de vida de las personas que lo habitan, entre ellos el marido de la presidenta y su hija.
El primer día que llegamos a los locales desde donde trabajan, me llamó la atención “el perfil” de las personas que entraban y salían del centro, tan variopintas, y cómo se les atendía. Esto me dio mucho que pensar y me dije por dentro: “de ellos: es el REINO de los CIELOS”. Sin duda, el compartir con personas “diferentes” te enriquece al mismo tiempo que te cuestiona.
Nuestra colaboración ha consistido en seleccionar alimentos, revisar fechas de caducidad de los mismos y preparar bolsas para luego ser repartidas a las familias (los tuppers con comida elaborada que se les entregaba, se suspendió en el mes de marzo cuando comenzó el confinamiento debido a la Pandemia)
Han sido días de mucho calor, a esto hay que sumarle el uso de mascarillas, que creo serán “nuestra mascota” durante un año bastante largo. El primer día intenté abrir una ventana, pero al comprobar lo precintada que estaba por “seguridad” la dejé (la Asociación está ubicada en uno de los barrios más marginales de Cádiz)
A lo largo de la jornada, de vez en cuando, hacía un parón “en la tarea” y les comentaba a las chicas: “Mirad, como las personas sencillas ayudan a los pobres”, y me respondían con admiración y sorpresa: “No sabíamos ni que existía este barrio en nuestra ciudad”. Esta experiencia les ha venido muy bien a las jóvenes, les ha ayudado abrir horizontes porque han conocido la situación real de vulnerabilidad que hay dentro de la ciudad en las que ellas viven. Se han dado cuenta, “que no es todo color de rosa, que muchos no tiene ni la mitad de lo que ellas tienen y que otros muchos, no tienen nada.”
Son muchas las veces que salimos “fuera” y no nos damos cuenta de lo que tenemos “dentro”, “bendito COVID” que nos ha hecho llegar a los lugares más recónditos de muchas ciudades, y palpar “in situ” cuántas situaciones de pobreza tenemos a nuestro alrededor que no sabíamos ni que existían.
¿Cuántas colaboraciones se han hecho en Cádiz y en otros muchos otros lugares por causa de esta pandemia? Esto nos debe mover inevitablemente a reflexionar, a darnos cuenta que hay que ir a las periferias, como dice el Papa Francisco, porque es allí dónde nos necesitan y dónde podemos encontrar el verdadero Rostro de Cristo.
Durante estos días, yo no le he quitado a Pepa (la presidenta) “la vista de encima”, esposa de un trabajador de a pié, acogedora, sencilla, cercana, guapa, desenvuelta y entregada, desde la mañana hasta la noche, a todos los que necesitan ayuda, sea de la índole que sea. En ocasiones me recordó al padre Ángel, fundador y presidente de la ONG Mensajero de la Paz.
He aprendido que la riqueza de la diversidad, te enseña a “conocer mundo” sin necesidad de salir de dónde se vive.
“Venid, benditos de mi padre: Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero, y me acogisteis…” (Mt. 25, 35)
Consuelo Díaz, aci