18 Sep para crecer hay que compartir/argentina
“No podemos permanecer indiferentes ante el drama de las viejas y nuevas pobrezas, de las soledades más oscuras, del desprecio y de la discriminación de quienes no pertenecen a ‘nuestro’ grupo” (Papa Francisco)
La elección de un colegio para nuestros hijos es una de las decisiones más difíciles que tenemos los padres. Para algunos la cercanía, la formación académica o el estatus social es el criterio de decisión; para otros, la formación en valores, la educación integral y la experiencia religiosa. Ambas lejos de oponerse, en el colegio Esclavas, encuentran una orientación que llevarán a nuestros hijos a ser ciudadanos que trabajen por el bien común. Unos y otros, en el colegio, convergemos en la propuesta de un camino de solidaridad, como justicia social que nos presenta múltiples oportunidades de participar formando una gran comunidad educativa. Es así como la Asociación de Padres del Colegio, donde todas las familias estamos representadas, acompañamos la Acción Misionera que se lleva a cabo. Este año, especialmente, una de las actividades que iniciamos en abril fue la ayuda al trabajo de la Comisión Episcopal para migrantes con el P. Anibal, Alejandra y Norma con kits de alimentación como asistencia humanitaria en la Quiaca, provincia de Jujuy. Haciéndose extensivo a migrantes senegaleses de nuestro país. Somos conscientes de nuestras limitaciones y de que nos gustaría participar más de estas acciones. El Covid-19 nos puso frente a estas experiencias de pobreza propias y ajenas, desafiándonos a cambiar una cultura del descarte por otra más humana y fraterna. Trabajar en la experiencia de la acogida al extranjero necesitado, sin juzgarlo, mirándolo como hermano sigue siendo para toda nuestra comunidad un trabajo cotidiano porque es de la única manera que nuestros hijos serán protagonistas en la construcción de un mundo mejor con esa forma de ser y estar en el mundo propio del carisma de las Esclavas. Sabemos que solos no podemos cambiar nuestro corazón, muchas veces duro e indiferente, pero confiamos en que Dios saldrá a nuestro encuentro para hermanarnos reparándonos primero.
María Inés Narvaja
Comisión Asociación de Padres Colegio Belgrano