18 Oct un gesto eucarístico/chile
Con motivo de la 106ª jornada de migrantes y refugiad@s, nuestra comunidad, fruto de una búsqueda comunitaria, sobre qué signo podría ser elocuente respecto del profundo cariño, respeto y reconocimiento que tenemos por nuestr@s hermanos y hermanas migrantes y la reflexión del mensaje del Papa Francisco para esa ocasión, elegimos a 7 familias y/o grupo con quienes queríamos compartir el PAN, así muy concretamente, una canasta con pan que les hiciera sentarse a la mesa y compartirlo. Fue el gesto más eucarístico que encontramos en medio de los límites que nos ha puesto la pandemia. Ese fue el signo central, lo demás fue agregar detalles que resaltarán eso; una bandeja con pan amasado por nuestras manos, con un paquete de mantequilla, una bandeja elegida para la ocasión, una tarjeta con nuestros mejores deseos…
¡Trabajo de todas!
El día viernes 25 de septiembre, amasamos, cocinamos y preparamos las bandejas para salir a entregarlas. La sorpresa de las personas al recibir nuestro regalo con la recomendación de COMPARTIR EN FAMILIA, los asombraba y animaba. Todos y todas con mucho agradecimiento y correspondencia, también con espontaneidad, más de algun@ abrió la bandeja, tomó un pan y lo comió delante nuestro, con cara de felicidad.
Elegimos siete familias amigas, con quienes vamos compartiendo la vida y sus preocupaciones y sueños, entre ellos una familia de bolivianos, 3 familias haitianas, una familia venezolana, un matrimonio sirio, y un grupo de 5 mujeres con una bebé de la casa de acogida migrantes de la Diócesis de Copiapó. Cada un@ de ell@s tiene nombre y apellido, l@s conocemos y queremos, hacen parte de la vida de la comunidad, con niños y niñas pequeños, a quienes queremos y nos sentimos “implicadas y complicadas”.
Este gesto eucarístico para nuestros hermanos y hermanas, también lo acompañamos con un video de saludo, que enviamos a sus redes sociales y que también subimos en las nuestras, especialmente en las de nuestra parroquia, queriendo ser claras en comunicar a la comunidad parroquial, la alegría y el respeto y reconocimiento a las personas migrantes, especialmente a las que viven en nuestra zona. En la Eucaristía transmitida ese día domingo, pedimos por ellos y ellas y leímos el saludo del Papa Francisco a la comunidad parroquial que participa virtualmente en la celebración.
Si bien buscábamos un gesto para ell@s, terminamos sintiendo que dicho gesto también se volvió oportunidad para nosotras. ¡Gracias, Señor!
Comunidad de Tierra Amarilla